Emprender en España suele venir acompañado de una pesada carga fiscal y trámites burocráticos complejos. Muchos emprendedores digitales y empresarios españoles sienten que gran parte de sus ganancias se evaporan en impuestos, lo que merma la competitividad de sus negocios. En respuesta a ello, cada vez más profesionales miran al extranjero buscando jurisdicciones con impuestos más bajos y entornos más favorables. Es el caso de la fiscalidad de Malta, uno de los destinos que ha cobrado notoriedad en la Unión Europea por su sistema fiscal singular.
En este artículo analizaremos en profundidad la fiscalidad en Malta, respondiendo a preguntas clave: ¿Es Malta un paraíso fiscal? ¿Qué dicen al respecto los organismos oficiales? También explicaremos cómo obtener la residencia fiscal en Malta, qué impuestos rigen en la isla (IRPF, IVA, sociedades…) y por qué muchos ven atractiva la idea de crear una empresa en Malta.

Además, compararemos Malta con España a nivel tributario y de regulación fiscal para entender las diferencias, y revisaremos otras alternativas interesantes (Estados Unidos, Estonia, Panamá, Dubái) donde emprender puede resultar más rentable y práctico para ciertos negocios.
Finalmente, resaltaremos la importancia de contar con asesoría especializada en ingeniería fiscal, como la que ofrecemos en Taxencadenado, para llevar a buen puerto cualquier plan de internacionalización fiscal.
Lo primero: ¿Malta es un paraíso fiscal?
Cuando se habla de Malta en el contexto de impuestos, surgen a veces términos como “paraíso fiscal” o «refugio fiscal». Conviene aclarar qué implica este concepto para saber si Malta es o no un paraíso fiscal.
En general, un paraíso fiscal se asocia a jurisdicciones con imposición muy baja o nula, opacidad financiera y poca colaboración internacional. Si bien Malta ofrece incentivos fiscales significativos, no cumple con la definición de paraíso fiscal que recogen los organismos internacionales en términos de tributación.
De hecho, Malta mantiene un tipo impositivo nominal de sociedades del 35 %, relativamente alto sobre el papel. Sin embargo, tiene un mecanismo particular de imputación y reembolso que hace que, tras ciertas devoluciones de impuesto a los accionistas extranjeros, la carga efectiva pueda quedar en torno al 5 %.
Es decir, Malta posee algunas características típicas de los paraísos fiscales (como bajos impuestos efectivos para no residentes), pero lo que aleja de esta consideración es su estructura fiscal sólida, regulada y totalmente integrada en la normativa de la UE.
¿Qué dicen los organismos oficiales?
Pero ante la pregunta de si es Malta un paraíso fiscal o no, lo más apropiado es acudir a lo dispuesto por las autoridades competentes en materia de tributación y fiscalidad internacional. Y la realidad es que los organismos internacionales y autoridades oficiales no consideran a Malta un paraíso fiscal en la actualidad.
Malta es miembro de pleno derecho de la Unión Europea desde 2004, lo que implica que cumple con las regulaciones comunitarias de transparencia fiscal y antilavado de dinero. La propia OCDE no la incluye en ninguna lista negra de jurisdicciones no cooperativas.
Así pues, Malta no está catalogada como jurisdicción fiscal no cooperativa ni por la OCDE ni por la UE. Al contrario, forma parte de la UE y sigue sus estándares y protocolos en materia de fiscalidad.
España, por su parte, dejó de calificar a Malta como paraíso fiscal desde hace años. En concreto, tras la firma de un convenio bilateral para evitar la doble imposición (con cláusula de intercambio de información) que entró en vigor en 2006, la Agencia Tributaria española retiró a la República de Malta de su lista de paraísos fiscales. Esto significa que, a efectos españoles, Malta se considera una jurisdicción cooperativa y con fiscalidad transparente.
Ahora bien, que Malta no sea oficialmente un paraíso fiscal no quita que su sistema impositivo sea utilizado por empresas e individuos internacionales para optimizar cargas tributarias. La clave está en que Malta ofrece un entorno fiscal competitivo pero dentro de la legalidad internacional, equilibrando sus incentivos con el cumplimiento de normas de la UE.
De hecho, Malta ha suscrito acuerdos de intercambio de información con decenas de países y adopta la normativa comunitaria contra la evasión, diferenciándola de refugios fiscales opacos.
Por lo tanto, Malta NO es un paraíso fiscal, ni está catalogada como tal, pues no figura en listas negras oficiales de paraísos fiscales y goza de legitimidad como plaza financiera.
No obstante, su atractivo fiscal (que detallaremos a continuación) la ha convertido en un “paraíso” administrativo para muchos inversores y emprendedores extranjeros, al permitir reducir considerablemente la factura fiscal sin salir del marco legal europeo.
Lo que te interesa saber sobre la residencia fiscal en Malta
Antes de hablar de impuestos concretos, es importante entender la residencia fiscal en Malta, ya que de ello depende qué rentas gravará Malta y cuáles no. Como emprendedor que valora tributar o abrir una empresa en el extranjero, posiblemente consideres trasladar tu residencia fiscal fuera de España. ¿Qué implica convertirse en residente fiscal maltés y qué ventajas conlleva?
¿Qué se considera un residente fiscal en Malta?
En Malta, al igual que en otros países, se considera residente fiscal (tax resident) a la persona que permanece en el país más de 183 días al año o que establece allí su hogar habitual y centro de intereses vitales. En términos prácticos, si te mudas a Malta y vives allí la mayor parte del año, pasarás a ser residente en Malta a efectos fiscales.
Además, Malta distingue entre los conceptos de «residencia» y «domicilio» en su legislación tributaria:
- Una persona ordinariamente residente y domiciliada en Malta tributa por renta mundial, es decir, por todos sus ingresos globales.
- Una persona residente en Malta pero no domiciliada allí (por ejemplo, un español que se traslade) tributa solo por la renta generada en Malta y por los ingresos extranjeros que remita a Malta, pero no por la renta extranjera que no se traiga al país. Asimismo, las ganancias de capital obtenidas fuera de Malta están exentas incluso si se repatrian.
Dicho de otro modo: si te mudas a Malta y no adquieres domicilio maltés (el domicilio suele estar ligado al país de origen o al de lazos permanentes), Malta no te exigirá impuestos por tus rentas de fuera mientras no las ingreses en Malta.
Además, aquello que ingreses pueden beneficiarse de tipos reducidos (como veremos más adelante). Este régimen de remittance basis es un pilar clave de la fiscalidad de Malta para extranjeros. Por supuesto, un no residente en Malta (que solo tenga ingresos puntuales desde fuera) solo tributa por los ingresos obtenidos dentro de Malta
Ventajas de la residencia fiscal en Malta
Adquirir la residencia fiscal maltesa ofrece varias ventajas atractivas en comparación con la española u otras jurisdicciones de alta tributación:
- Impuestos personales más bajos: El IRPF maltés es progresivo de 0 % a 35 %, y el tipo máximo del 35 % solo se alcanza en rentas anuales superiores a 60.000 €. En España, en cambio, el IRPF puede llegar a hasta el 47 % para rentas altas (más de 300.000 €). Ya solo por tipos, un alto ingreso paga bastante menos porcentaje en Malta que en España, lo que supone un ahorro significativo.
- Tributación territorial: Si eres extranjero residente en Malta no domiciliado, Malta solo gravará tus ingresos de fuente maltesa y lo que traigas efectivamente al país, pero no tus rentas generadas en el extranjero mientras las mantengas fuera. Esto es radicalmente distinto a España, donde el residente tributa por su renta mundial (obtengas el ingreso donde lo obtengas, España quiere su parte). Además, Malta no grava las ganancias de capital obtenidas fuera incluso si luego las transfieres a Malta, lo cual es ideal para quienes tengan, por ejemplo, venta de criptomonedas o acciones fuera.
- Programas fiscales especiales para extranjeros: El gobierno maltés ha implementado esquemas para atraer talento e inversión. Destaca el Global Residence Programme (GRP), dirigido a no comunitarios, que otorga un tipo fijo del 15 % sobre cualquier ingreso extranjero que remitas a Malta (con un mínimo de impuesto anual de 15.000 €). Esto proporciona certidumbre y un tipo muy competitivo. También el Malta Residence Program (para ciudadanos UE/EEE/Suiza) y el Malta Permanent Residence Program (MPRP) ofrecen condiciones ventajosas similares, como una tasa plana del 15 % sobre rentas del exterior introducidas en Malta. En todos estos casos, los ingresos generados fuera y no movilizados a Malta tributan al 0 % en Malta.
- Ausencia de ciertos impuestos: Malta no tiene impuesto sobre el patrimonio ni sobre las herencias o donaciones, a diferencia de España donde el patrimonio de las personas adineradas sí está sujeto a tributación anual (además del nuevo impuesto estatal temporal para grandes fortunas). Para emprendedores y familias con ahorros, esto supone otra fuente de ahorro. Igualmente, no existe un impuesto específico sobre la riqueza ni tributos municipales significativos sobre viviendas como el IBI español.
- Incentivos a inversiones y empresas: Ser residente maltés te permite aprovechar incentivos fiscales locales, por ejemplo créditos fiscales por I+D e innovación, deducciones por patentes, y programas de fomento de startups. Malta tiene esquemas que rebajan hasta un 50 % la carga fiscal de nuevas empresas tecnológicas en sus primeros años, así como créditos de hasta el 25 % de gastos en proyectos de investigación. Esto refleja una política pro-negocio para atraer emprendedores.
- Convenios internacionales: Malta ha firmado más de 70 convenios para evitar la doble imposición, incluido con España, lo que brinda seguridad jurídica. Como residente maltés, tus ingresos no sufrirán doble tributación. Por ejemplo, si percibieras una renta de España, el convenio Malta-España evitará que pagues dos veces por lo mismo, repartiéndose la potestad tributaria.
- Calidad de vida y entorno angloparlante: Más allá de lo estrictamente fiscal, vivir en Malta ofrece un clima mediterráneo agradable, comunidades de expatriados, idioma inglés cooficial (lo cual facilita los negocios internacionales) y un coste de vida moderado comparado con otras plazas financieras europeas. Para un emprendedor digital, instalarse en Malta puede resultar atractivo no solo por los beneficios en impuestos, sino por su entorno dinámico (Malta es un hub europeo de industrias como egaming, blockchain o finanzas).
En suma, la residencia fiscal maltesa permite optimizar carga impositiva de forma legal y disfrutar de un ecosistema propicio para los negocios globales. Es por ello que muchos nómadas digitales y empresarios la consideran una opción gracias al ahorro en IRPF, la ausencia de tributación sobre rentas extranjeras no remitidas y la estabilidad que da residir en la UE pero con menores impuestos.
¿Qué se necesita y qué formas hay de obtenerla?
Residencia fiscal
Convertirse en residente fiscal de Malta implica, en primer lugar, trasladar efectivamente tu vida al país. Para ciudadanos de la UE (como españoles), la mudanza es relativamente sencilla gracias a la libertad de circulación: puedes vivir y trabajar en Malta registrándote allí (obtendrás un certificado de residencia). Deberás demostrar medios económicos o actividad (por ejemplo, tu negocio) y una dirección en Malta. Con vivir más de 183 días al año en la isla y notificarlo a las autoridades, adquieres la residencia fiscal.
Residencia por inversión
Para no comunitarios, Malta ofrece los mencionados programas de residencia por inversión. El Global Residence Programme requiere, entre otros criterios, alquilar o comprar una vivienda en Malta de un valor mínimo, pagar una tasa administrativa y abonar al menos 15.000 € de impuesto al año (que cubre los primeros ~100k € de ingresos remesados al 15 %). A cambio obtienes un certificado especial de residente fiscal con el beneficio del 15 % flat tax sobre rentas foráneas que traigas.
Golden Visa
El Malta Permanent Residence Program (MPRP), por su parte, es más una golden visa para obtener residencia permanente (no necesariamente fiscal) a cambio de una contribución económica y compra/alquiler de propiedad; combinado con el régimen non-domiciled, también permite optimización fiscal.
Nomad Residence Permit
Otra vía reciente es la Nomad Residence Permit de Malta, pensada para nómadas digitales extracomunitarios. Si trabajas remotamente para clientes o empresas fuera de Malta, puedes solicitar este permiso de un año (prorrogable) sin necesidad de contratarte localmente. Aunque esta visa no te convierte automáticamente en residente fiscal (porque asume que tus ingresos no provienen de Malta), podría ser un primer paso para probar la vida en la isla antes de reubicar tu empresa o solicitar un estatus fiscal formal.
En todos los casos, es fundamental organizar bien la salida de España. Para dejar de ser residente fiscal español (y evitar la “tributación universal” española), debes pasar menos de 183 días en España, trasladar tu vivienda habitual fuera y, preferiblemente, darte de baja del padrón y demás registros en España, comunicando a Hacienda tu cambio de residencia.
Además, España te podría considerar residente por vínculos estrechos si, por ejemplo, permanece aquí tu familia. Una planificación integral con asesoría es recomendable para evitar conflictos (España tiene medidas antitraslado si detecta simulaciones, como la figura de sede de dirección efectiva o las reglas CFC para sociedades en el extranjero).
Resumiendo, obtener la residencia fiscal maltesa es factible para emprendedores españoles mediante mudanza real o aprovechando programas específicos. Hay que cumplir ciertos requisitos administrativos (registro de residencia, arrendamiento/compra de vivienda, eventualmente inversión o pago mínimo según el programa) y romper los lazos fiscales con España correctamente. Con todo ello, podrás comenzar a tributar bajo las normas maltesas y beneficiarte de sus ventajas en un plazo relativamente corto (unos meses).
Impuestos en Malta
Pasemos al sistema tributario maltés en sí. A grandes rasgos, Malta mantiene impuestos similares a otros países (impuestos sobre la renta personal, sobre sociedades, IVA, etc.), pero con tipos y mecanismos particulares que la distinguen. Vamos a ver los principales tributos:
1. IRPF en Malta
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en Malta se aplica a los ingresos anuales de las personas residentes (salarios, beneficios empresariales, alquileres, intereses, etc.). Como vimos, Malta emplea un sistema progresivo de tramos. Los tipos vigentes (año base 2025) son: 0 %, 15 %, 25 % y 35 %, según nivel de renta y estado civil.
Para contribuyentes solteros, los tramos en 2025 son aproximadamente:
- Hasta 9.100 € anuales: 0 % (exento).
- De 9.101 hasta 14.500 €: 15 %.
- De 14.501 hasta 60.000 €: 25 %.
- Más de 60.000 €: 35 %.
Los casados que declaran conjuntamente disfrutan de un mínimo exento algo mayor (0 % hasta €12.700) antes de aplicar 15 %, 25% y 35% también a partir de €60.000. En todo caso, el tipo máximo nunca supera el 35%, incluso para rentas muy elevadas, lo que contrasta con España (donde, como indicamos, llega al 47% estatal+autonómico e incluso superando el 50% en algunas CCAA en años recientes).
Además, Malta permite ciertas deducciones y exenciones comunes (por ejemplo, deducciones por dependientes en el caso de contribuyentes con hijos, que tienen unas tablas algo más favorables). Cabe destacar que, siendo residente no domiciliado, solo tributarás aquí por la porción de renta extranjera que ingreses en Malta.
Esto significa que, potencialmente, tu base imponible de IRPF en Malta puede ser baja si tus ingresos provienen del exterior y decides no repatriarlos. Incluso existe un régimen especial Res Non-Dom donde, cumpliendo condiciones, la renta extranjera remesada tributa a 15 % fijo en lugar de los tramos habituales.
Por otro lado, en Malta no existe pago conjunto obligatorio de impuestos con la seguridad social en las nóminas; el impuesto sobre la renta se calcula por separado.
Hablando de Seguridad Social, las contribuciones de empleados y autónomos en Malta también son inferiores a las españolas: un trabajador por cuenta ajena aporta alrededor del 10% de su sueldo (compartido mitad empleador y mitad empleado, con tope semanal de unos €50), mientras que en España la carga a la Seguridad Social supera el 36% del salario (la mayor parte a cargo del empleador).
Esto significa que residiendo y trabajando en Malta, no solo pagas menos IRPF sino también menos cotizaciones sobre tus ingresos laborales, aumentando tu ingreso neto disponible.
En síntesis, el IRPF maltés es más benigno con rentas altas y medias que el español. Su estructura de tramos es sencilla y la ausencia de impuestos complementarios (patrimonio, grandes fortunas, etc.) alivia la presión sobre personas con ahorros. Para un emprendedor acostumbrado a la fiscalidad española, tributar como persona física en Malta supone típicamente un ahorro importante y menos burocracia declarativa.
2. IVA en Malta
El Impuesto al Valor Añadido (IVA) en Malta es otro factor a considerar, sobre todo para negocios de venta de bienes o servicios. Malta sigue la normativa europea de IVA, con un tipo general y algunos reducidos.
Actualmente, el tipo general de IVA maltés es del 18 %, uno de los más bajos de la UE (en España es del 21 % desde 2012). Esto implica que los productos/servicios gravados en Malta llevan un 18 % de IVA para el consumidor final.
Adicionalmente, existen tipos reducidos:
- 7 % de IVA para el sector turístico (por ejemplo, servicios de alojamiento hotelero).
- 5 % (tipo superreducido) para ciertos bienes esenciales como productos farmacéuticos y libros.
- 0 % y exenciones: las exportaciones están gravadas a 0 % (permite recuperaciones de IVA soportado, fomentando la competitividad internacional), y servicios financieros, médicos, educativos, alquiler de vivienda, etc., suelen estar exentos de IVA.
El umbral de facturación para obligarse a registrarse como sujeto pasivo de IVA en Malta es de 30.000 euros anuales de ventas locales. Por debajo de ese ingreso, pequeños negocios pueden operar sin cargar IVA (similar al régimen de franquicia en España para autónomos pequeños).
Para un emprendedor digital o empresa de servicios internacional, el IVA maltés puede resultar ventajoso por su menor tipo y porque, al operar en la UE, permite aplicar el IVA intracomunitario. Por ejemplo, con una sociedad maltesa se obtiene un VAT ID europeo y se puede vender a clientes de la UE con las reglas de siempre (aplicando IVA local según corresponda o inversión del sujeto pasivo en operaciones B2B intracomunitarias).
A efectos de comparativa, en Malta el tipo general del 18 % ahorra 3 puntos porcentuales en cada venta respecto a España (21 %), lo cual en ciertos sectores de márgenes ajustados puede ser significativo para ser más competitivo en precio.
Las obligaciones de IVA son similares (declaraciones periódicas, etc.), pero una empresa maltesa disfruta de ese pequeño margen extra por el diferencial de 3 % menos, lo que no deja de ser otra ventaja fiscal indirecta al operar desde allí.
3. Impuesto de Sociedades en Malta
Llegamos al punto clave: la tributación de las empresas en Malta. El Impuesto de Sociedades maltés tiene una particularidad muy destacada que constituye el principal atractivo fiscal del país.
Oficialmente, el tipo general del impuesto de sociedades (Corporate Tax) en Malta es del 35 % sobre los beneficios netos. Esto, a simple vista, es un porcentaje elevado (de hecho superior al 25 % de España). Sin embargo, Malta opera un sistema de imputación total y reembolso que cambia por completo la carga efectiva para accionistas extranjeros.
¿Cómo funciona? Básicamente, la empresa paga el 35 % de impuesto sobre sus beneficios, pero cuando reparte dividendos de esos beneficios a sus accionistas, éstos pueden solicitar a la Hacienda maltesa una devolución de hasta 6/7 partes del impuesto pagado. En la práctica, esto suele traducirse en que el impuesto neto se queda en solo un 5 % del beneficio (es decir, 30 puntos de cada 35 pagados se reembolsan).
Veamos un ejemplo simplificado: una empresa maltesa genera 100.000 euros de beneficio. Pagará inicialmente 35.000 euros de impuesto sociedades al fisco maltés. Si los dueños de la empresa son no residentes (por ejemplo, tú como español residente en Malta u otro país) y se distribuye el beneficio en forma de dividendo, podrás recuperar 30.000 € mediante el reembolso fiscal, quedando el impuesto efectivo en 5.000 €, es decir, un 5 %.
Todo esto está establecido por ley y no viola ninguna norma de la UE, dado que Malta aplica un régimen de imputación íntegra del impuesto y evita la doble tributación económica de dividendos.
Adicionalmente, Malta no aplica retención en la fuente sobre dividendos distribuidos al exterior. Esto significa que, tras recibir ese reembolso, el accionista extranjero puede repatriar los dividendos de Malta sin retenciones maltesas (naturalmente, luego tributará esos dividendos en su país de residencia fiscal según las reglas allí, pero los convenios evitan doble imposición acreditando el impuesto ya pagado). Tampoco hay retención sobre intereses o cánones pagados a no residentes en muchos casos, facilitando estructuras internacionales.
En la práctica, el 5 % efectivo de sociedades en Malta ha hecho que muchas empresas de comercio internacional, servicios online, afiliación, juegos online, criptomonedas, etc., sitúen sus estructuras en Malta para beneficiarse de este “tipo casi nulo” dentro de la UE.
Cabe mencionar que el reembolso estándar es 6/7 partes, resultando 5 % efectivo. Para ciertos ingresos pasivos (intereses, royalties) el reembolso es de 5/7, dando un efectivo del 10 %. Aun así es muy bajo. Mientras la empresa opte por no repartir beneficios, seguirá pagando 35 % temporalmente, pero podría planificarse fiscalmente para incluso evitar desembolsar y esperar el reembolso (es un mecanismo avanzado introducido en 2019 que permite consolidar fiscalmente y reducir directamente la tasa al 5 %, pero eso ya es ingeniería fiscal fina).
Resumiendo, Malta ofrece a las empresas un tipo de sociedades formal del 35 %, con un régimen de devoluciones que reduce la carga real a niveles bajísimos (5-10%), lo que la vuelve sumamente atractiva para empresarios internacionales.
Todo ello estando Malta plenamente en la legalidad europea y con la bendición de convenios internacionales. En contraste, en España el tipo de sociedades es 25 % (y aunque existen reducciones para nuevos negocios al 15 % inicial, nunca baja de ese orden de magnitud). La diferencia de 5 % vs 25 % en impuestos corporativos es enorme y explica por qué muchos grupos multinacionales y emprendedores estructuran filiales o holdings en Malta.
Por supuesto, para acceder a esa tributación reducida hay que cumplir la normativa maltesa: por ejemplo, tener la empresa residente en Malta (sede de dirección efectiva allí), realizar actividades comerciales reales (Malta ha de no considerarla una “empresa fantasma” solo de factura), y solicitar correctamente los reembolsos al distribuir dividendos, esperando los plazos que correspondan (el reembolso suele tardar algunos meses en ser efectivamente abonado).
También es necesario llevar contabilidad y auditoría anual en Malta, como exige su ley (todas las sociedades maltesas deben presentar estados financieros auditados). Pero si se estructura bien, la recompensa fiscal es sustancial.
En conclusión, el Impuesto de Sociedades maltés es el punto fuerte de su sistema: posibilita a un emprendedor quedarse con el 95 % de las ganancias empresariales legalmente, disponiendo de mucho más capital para reinvertir o repartir, frente al 75 % o menos que retendría en España. Esta eficiencia fiscal es un motor del atractivo de crear empresas en Malta, como veremos seguidamente.
¿Por qué crear una empresa en Malta? Beneficios y ventajas fiscales
Después de repasar el marco impositivo, queda claro que Malta ofrece varias ventajas fiscales. Pero más allá de los números, vale la pena entender por qué emprender en Malta puede ser más rentable y práctico que hacerlo en España u otros países, desde un punto de vista crítico. Enumeremos los principales beneficios de constituir una empresa en Malta:
- Baja tributación efectiva: Como detallamos, el atractivo número uno es reducir drásticamente la carga fiscal empresarial. Con una planificación adecuada, una empresa en Malta puede tributar ~5% sobre sus beneficios, comparado con el 25% en España. Esta diferencia significa más margen de beneficio para reinversión o distribución a socios. En sectores con alta rentabilidad, la optimización es enorme. Incluso a nivel de impuestos personales, si te trasladas a Malta, tus propias remuneraciones o dividendos también pueden afrontarse a tipos inferiores (recordemos: IRPF máx 35% Malta vs ~47% España, y sin impuestos sobre patrimonio o grandes fortunas en Malta).
- *Entorno pro-empresas y estabilidad jurídica: Malta es un país pro-negocio que fomenta la llegada de inversión extranjera. El gobierno maltés ha mantenido por años su compromiso de competitividad fiscal dentro de cauces legales. La estabilidad política y pertenencia a la UE brindan seguridad de que las reglas no cambiarán arbitrariamente. Existen múltiples incentivos sectoriales (por ejemplo, para industrias creativas, marítimas, financieras, tecnológicas) y organismos dedicados a ayudar a empresas a instalarse. Además, al ser miembro de la UE, Malta se beneficia de la protección jurídica comunitaria; por ejemplo, las empresas maltesas pueden operar libremente en todo el mercado único europeo.
- Reputación y acceso al mercado UE: A diferencia de abrir en un paraíso fiscal clásico (tipo islas del Caribe), crear una sociedad en Malta no conlleva el estigma de estar en una jurisdicción opaca. Malta es reconocida internacionalmente y sus empresas tienen acceso al mercado europeo. Pueden solicitar números EORI para comercio, participar en licitaciones europeas, etc. Esto es importante si tu negocio trata con clientes o proveedores reacios a tratar con empresas offshore. Con Malta, tienes lo mejor de dos mundos: baja fiscalidad y bandera UE. De hecho, muchas startups eligen Malta para posicionarse en Europa con ventajas fiscales, en lugar de ir a paraísos fuera de la UE con más problemas de reputación.
- Inglés como idioma de negocios: El inglés es idioma oficial en Malta junto al maltés, y es la lengua habitual de los negocios, contratos y documentación gubernamental. Esto facilita muchísimo las cosas a emprendedores internacionales, evitando barreras idiomáticas (pensemos en las dificultades de lidiar con burocracia en idiomas desconocidos en otros países). En Malta, puedes constituir tu empresa, tratar con bancos y autoridades en inglés, que es también idioma jurídico allí. Para un emprendedor español, esto supone menos fricción que vérselas con, por ejemplo, idiomas bálticos o eslavos en otros destinos.
- Constitución sencilla y capital mínimo bajo: Formar una empresa en Malta es relativamente ágil. El capital social mínimo de una sociedad limitada privada (Ltd) es de solo €1.165, de los cuales basta desembolsar el 20% (€233) al constituir. Es un umbral muy asequible (en España la SL son €3.000 de capital mínimo). Además, no se exige que los socios o directores sean malteses; puedes ser tú el único dueño y administrador, siendo extranjero. Eso sí, es obligatorio nombrar un Company Secretary (secretario de la sociedad), puesto que suele cubrirlo un gestor local por un coste módico. La inscripción mercantil se realiza ante el Registro de Empresas maltés (MBR) y en cuestión de días puedes tener tu compañía operativa. En definitiva, Malta no tiene trabas de entrada elevadas para crear tu empresa.
- Mano de obra y talento: Malta cuenta con profesionales cualificados en sectores clave (finanzas, iGaming, tecnología). La población es multilingüe (muchos malteses hablan también italiano, y por la gran comunidad de expatriados se hablan diversos idiomas). Esto puede ser útil si necesitas contratar personal. El mercado local de talento es pequeño pero cosmopolita. Y al tener impuestos personales moderados, también es atractivo para empleados especializados venir a trabajar a Malta, lo que facilita reclutar internacionalmente.
- Infraestructura moderna y conexiones: A pesar de su tamaño, Malta ha invertido en infraestructura para negocios. Posee excelente conectividad digital (internet de alta velocidad, centros de datos), puertos y un aeropuerto internacional muy activo con conexiones a las principales ciudades europeas. Esto la vuelve un base cómoda para empresas online o logísticas. Además, existen zonas industriales y oficinas enfocadas a empresas tecnológicas (ej. Malta Digital Hub). Todo ello dentro de un entorno seguro y con calidad de vida mediterránea.
- Sector financiero y bancario robusto: Malta es un centro financiero establecido. Alberga numerosos bancos internacionales y locales, así como firmas de servicios corporativos, abogados, auditores Big4, etc. Abrir cuentas bancarias para empresas maltesas es viable (aunque los bancos hoy son exigentes, Malta lo es menos que otras jurisdicciones offshore). La moneda es el euro, eliminando riesgo de tipo de cambio para operaciones en EUR, y permitiendo aprovechar la integración SEPA. Tener tu empresa en un país euro con banca sólida simplifica mucho las transacciones en Europa, a diferencia de usar cuentas en dólares en paraísos lejanos.
- Tratamiento favorable de dividendos y holdings: Malta es popular como ubicación de holdings internacionales. Gracias a la Participation Exemption, los dividendos recibidos del extranjero por una sociedad holding maltesa pueden estar exentos de impuesto maltés si se cumplen ciertos requisitos, y luego repartirse con el reembolso fiscal. Esto permite montar estructuras de holding para canalizar inversiones en Europa con imposición cercana a 0 en el nivel intermedio. También la ausencia de retención en dividendos salientes citada antes, hace que Malta sea ideal para agrupar ganancias de subsidiarias y redistribuirlas.
En resumen, crear una empresa en Malta ofrece un marco fiscal sumamente eficiente dentro de un país estable, miembro de la UE y amigable para los negocios. Permite maximizar la retención de beneficios de forma legal, lo que para un emprendedor se traduce en mayor rentabilidad y flujo de caja para crecer. Además, operando desde Malta se evitan muchas de las ineficiencias del sistema español: burocracia más ágil, cotizaciones sociales menores, normativa laboral más flexible, etc. Es importante, sin embargo, analizar con lupa las implicaciones para cada caso concreto, especialmente comparándolo con la situación en España, como haremos a continuación.

Malta vs. España: Ventajas comparativas
Llegados a este punto, conviene enfrentar directamente la fiscalidad de Malta vs. la de España para emprendedores. Las diferencias son notables en múltiples frentes:
- Impuesto de Sociedades: En Malta la carga efectiva puede ser del 5 % (tras reembolsos), mientras que en España el tipo de Sociedades general es del 25% sobre beneficios (aunque existen reducciones al 15% para startups los primeros años, sigue siendo mucho más alto que 5%). Esto significa que una empresa con €100.000 de beneficio pagaría efectivamente unos €5.000 en Malta vs €25.000 en España. La diferencia de €20.000 son recursos adicionales que la empresa maltesa podría reinvertir o distribuir a sus dueños. En Malta retienes cuatro veces más beneficio neto que en España a nivel societario, un incentivo enorme.
- Impuesto sobre la Renta (IRPF): El tipo máximo en Malta es 35 % para rentas altas, frente a un ~45-47% en España según región. Además, Malta no grava rentas mundiales de no domiciliados, mientras España te obliga a tributar por todo lo que ganes en cualquier país. Un emprendedor que se traslade a Malta podría ver sus impuestos personales reducirse drásticamente. Por ejemplo, un sueldo alto de €120k pagaría en Malta aprox. 30.000 euros de IRPF, mientras que en España podría superar 50.000. Sumado a que en Malta no existe impuesto al patrimonio, ni a las grandes fortunas, ni prácticamente a las herencias, la presión fiscal total sobre una persona de patrimonio/ingresos altos es muy inferior en Malta que en España.
- IVA: El IVA general en España es 21 %, en Malta 18 %. Para una empresa que venda productos o servicios gravados, operar con IVA maltés puede darle un margen competitivo (3 puntos menos de impuestos en el precio al consumidor). Si vendes a consumidores finales europeos, tus precios con IVA podrían ser más bajos vía Malta. Aunque luego la Hacienda española tiene mecanismos de IVA OSS para ventas intracomunitarias, el tipo maltés sigue siendo el aplicable a ventas dentro de Malta o a consumidores sin OSS, beneficiando a ciertos modelos de negocio.
- Cotizaciones y costes laborales: En España, contratar empleados supone altas cotizaciones sociales (aprox. 30 % del salario a cargo empresa, más ~6 % a cargo trabajador). En Malta las cargas de seguridad social son menores, aproximadamente 10 % del salario compartido entre empleador y empleado, con un tope máximo semanal. Esto reduce el costo laboral unitario en Malta. Contratar talento puede resultar más barato fiscalmente. Además, no existe equivalente a las cuotas fijas de autónomos españolas; un autónomo en Malta cotiza en proporción a ingresos (15-23 %) con topes, o puede optar por mínima si sus ingresos son bajos, lo que suele ser menos oneroso que la cuota de autónomo española que en 2023 supera los 300 € mensuales para tramos medios.
- Otros impuestos: España cuenta con tributos como el Impuesto sobre el Patrimonio, que grava anualmente los activos de personas adineradas (con mínimo exento variable, salvo exención completa en Madrid). Malta no tiene impuesto al patrimonio, por lo que un emprendedor que haya acumulado capital no verá su riqueza erosionada cada año por este concepto. España también aplica impuestos a sucesiones y donaciones (salvo bonificaciones según CCAA); Malta carece de ellos, facilitando la planificación patrimonial familiar. Incluso el impuesto a las ganancias de capital en Malta es más benigno: las plusvalías de activos financieros extranjeros pueden quedar fuera de impuesto para residentes no domiciliados, mientras en España la venta de acciones o cripto paga entre 19 % y 28 %.
- Burocracia y facilidad para hacer negocios: España, lamentablemente, tiene fama de burocracia lenta y elevada regulación. Montar una empresa en España implica notario, registro mercantil, hacienda, seguridad social, múltiples formularios… y suele tardar unas dos semanas o más (7 trámites típicamente). En Malta, muchos procesos son más ágiles; la constitución se puede lograr en pocos días con apoyo local. Las obligaciones periódicas (impuestos, cuentas) existen en ambos países, pero el ecosistema maltés está muy orientado al negocio internacional y digital – por ejemplo, muchas gestiones con el gobierno maltés se pueden hacer online de forma eficiente. En índices globales de competitividad fiscal y de facilidad de negocios, Malta suele posicionarse mejor o a la par que España. Un punto a considerar: Malta sí exige llevar auditoría anual incluso a pymes (coste extra), mientras España exime de auditar a empresas pequeñas; pero ese costo queda sobradamente compensado por el ahorro fiscal.
- Clima emprendedor y trato al inversor: Este es un aspecto quizá intangible pero importante. En España muchos emprendedores perciben un entorno hostil: cargas sociales altas, inspecciones rigurosas, poca flexibilidad laboral, cambios normativos continuos, incertidumbre jurídica (ej. subidas repentinas de impuestos). Malta, en cambio, se vende como un destino business-friendly: regulaciones laborales más flexibles, enfoque pragmático (el inglés como idioma legal ayuda), y sobre todo un trato fiscal favorable en la práctica. Un dato: Malta no penaliza repatriar beneficios; en España, si trasladaras tu residencia fuera, existe el «exit tax» para patrimonios altos al salir del país. Esa diferencia de filosofía (recaudar al máximo vs. atraer inversión) se siente. Dicho de otro modo, España es conocida entre algunos círculos como un “infierno fiscal” para el emprendedor, mientras que Malta podría asemejarse a un “refugio” donde te quedas con más fruto de tu esfuerzo.
En conclusión, la comparativa Malta-España arroja que casi todos los indicadores fiscales claves favorecen a Malta desde el punto de vista del empresario: impuestos mucho más bajos sobre beneficios empresariales y rentas personales, menor IVA, menor coste social, y ausencia de tributos patrimoniales.
Evidentemente, trasladarse a Malta conlleva un cambio de vida y hay costes de gestión internacional; no es una decisión ligera. Pero para muchos emprendedores en sectores globales, las ventajas cuantitativas superan con creces los inconvenientes, haciendo de Malta una opción sumamente atractiva para ubicar su empresa y tributar allí. A continuación, veremos en qué casos concretos tiene sentido dar este paso.
Abrir empresa en Malta: ¿cuándo considerar esta opción?
No todos los negocios ni todos los emprendedores se beneficiarán por igual de llevar su empresa a Malta. ¿En qué situaciones vale la pena plantearse seriamente abrir una empresa en Malta y cambiar la residencia fiscal? Aquí señalamos algunas circunstancias ideales:
- Emprendedores digitales con mercado internacional: Si tus clientes están repartidos por el mundo (o al menos fuera de España), y ofreces servicios online, software, marketing digital, e-commerce global, etc., entonces no dependes físicamente de España para tu negocio. En estos casos, situar la empresa en un país de baja tributación puede aumentar directamente tus ganancias sin afectar a tus operaciones. Malta es particularmente popular entre nómadas digitales, agencias online, proyectos de afiliación, trading de criptomonedas, juegos en línea, consultores remotos… Todo negocio online first e internacional es un candidato natural.
- Empresas de nueva creación con altas previsiones de beneficios: Si estás lanzando una startup o scaleup y esperas obtener beneficios significativos en pocos años, puede que prefieras reinvertirlos en crecimiento en lugar de pagar impuestos altos desde el principio. Malta, al permitirte conservar el 95% de las ganancias, te deja más capital para reinversión acelerada. Por ejemplo, empresas de software SaaS que rápidamente logran rentabilidad, o negocios con márgenes altos. Incluso hay aceleradoras e incubadoras que sugieren a sus startups registrarse en jurisdicciones de fiscalidad favorable para no descapitalizar el proyecto vía impuestos en la fase crítica de crecimiento.
- Modelos de negocio con poca “sustancia” física: Si tu empresa no necesita infraestructuras ni personal extensivo en España (por ejemplo, es esencialmente propiedad intelectual, capital intangible), es más fácil trasladarla legalmente. Una empresa unipersonal o con pocos empleados remotos puede migrar su entidad jurídica a Malta sin mayor disrupción. En cambio, negocios con plantas de producción, logística local o tiendas físicas lo tienen más complicado para justificar una sede fuera.
- Empresarios cansados de la presión fiscal y burocrática española: Puede sonar obvio, pero a menudo la decisión surge de un factor personal. Si llevas años lidiando con tipos impositivos asfixiantes, inspecciones constantes, cambios de normativa, y sientes que dedicas más esfuerzo a cumplir obligaciones administrativas que a innovar en tu negocio, la opción de reubicarte a un país más amable fiscalmente gana atractivo. Malta, con su ambiente cosmopolita y clima agradable, ha atraído a muchos profesionales que buscan un cambio de vida además de optimizar sus finanzas.
- Negocios que buscan hub en la UE para operaciones globales: Para empresas de fuera de Europa que quieren base en la Unión Europea (por mercado, inversión, etc.), Malta ofrece un hub con ventajas. Pero esto también aplica a españoles con visión global: por ejemplo, si planeas expandirte a Asia o América, Malta podría ser una base neutra para centralizar operaciones internacionales, aprovechando su neutralidad fiscal en rentas extranjeras.
Por otro lado, ¿cuándo podría no ser adecuado Malta? Si tu negocio depende principalmente del mercado español o tienes toda tu infraestructura y empleados en España, mover la sociedad a Malta podría generar problemas. Hacienda española podría argumentar que la sede real de dirección sigue en España (si tú, socios o directivos seguís tomando decisiones desde aquí) y, por tanto, considerar la empresa maltesa como residente fiscal en España (aplicando el artículo 8 de la Ley del IS español).
Esto arruinaría la ventaja fiscal. Asimismo, si tu empresa goza en España de regímenes especiales (por ejemplo, está en una Zona ZEC de Canarias al 4% o similar), el beneficio de ir a Malta podría ser menor.
En general, la opción Malta tiene más sentido cuando estás dispuesto a reubicar también tu persona y núcleo de negocio fuera de España. Implica en muchos casos emigrar o al menos viajar con frecuencia, algo que no todos pueden o quieren hacer (familias con niños escolarizados, por ejemplo, lo tienen más complicado).
También hay que considerar los costes de establecerse en Malta: si bien los impuestos bajan, la vida en Malta puede tener ciertos sobrecostes (alquileres en zonas buenas, servicios profesionales internacionales, etc.). Aun así, para muchas empresas esos costes son pequeños en comparación con el ahorro fiscal obtenido.
En conclusión, deberías considerar abrir tu empresa en Malta cuando tu negocio sea altamente móvil, internacional, y el ahorro fiscal supere con creces los gastos de relocalización y cumplimiento en Malta. Es una decisión estratégica de medio-largo plazo que puede disparar la rentabilidad de tu emprendimiento, siempre y cuando se ejecute correctamente (con sustancia real en Malta para blindarse ante la Hacienda española). En la siguiente sección describiremos precisamente cómo crear una empresa en Malta, es decir, los pasos y requisitos para materializar esta opción.
Cómo crear una empresa en Malta
Supongamos que has evaluado los pros y contras y decides dar el paso: establecer tu sociedad en Malta. ¿Qué trámites debes realizar y qué requisitos cumplir? Afortunadamente, crear una empresa en Malta es un proceso relativamente directo, pero requiere atención a ciertos detalles legales y administrativos. Veámoslo por partes:
Requisitos que debes cumplir
Antes de constituir, asegúrate de cumplir o planificar estos requisitos básicos para una sociedad maltesa (asumiendo la forma más común, Private Limited Company o Ltd):
- Capital social mínimo: Como mencionamos, se requieren €1.165 de capital social autorizado mínimo para una Ltd privada. De esta cifra, al menos el 20% debe estar desembolsado al constituir (unos 233 €). Es un capital muy asequible. Puedes optar por un capital mayor si lo deseas (a veces para mejorar imagen o porque habrá varios socios invirtiendo).
- Accionistas, directores y secretario: Se requiere al menos un accionista (puedes ser tú mismo como persona física, o tu empresa matriz si hubiera) y al menos un director. No hay restricción de nacionalidad ni residencia para accionistas o directores, por lo que un español no residente en Malta puede ser director. Sin embargo, es recomendable nombrar un director residente en Malta o asegurarse de que las decisiones se toman desde Malta, para que la empresa sea considerada residente allí a efectos fiscales.
- Adicionalmente, es obligatorio nombrar un Company Secretary (secretario de la empresa), que es responsable de ciertas funciones formales (llevar registros societarios, libros de actas, etc.). El secretario puede ser una persona física o jurídica, y no necesita ser maltés; típicamente, se contrata a un proveedor local que ofrece servicios de secretaría como parte del paquete de constitución.
- Oficina registrada en Malta: Tu sociedad necesita un domicilio social en Malta. Suele ser la dirección del agente registrador o asesor local que uses. Este será el domicilio oficial a donde se envían notificaciones. No es necesario que tengas una oficina propia alquilada de inicio, puedes usar la del agente (registered office service).
- Nombre de la compañía: Deberás elegir una denominación social única que no coincida con una existente. El nombre debe incluir Limited o Ltd al final para indicar responsabilidad limitada. Es aconsejable proponer 2-3 nombres alternativos por si alguno está tomado. Puedes hacer búsqueda previa en el portal del Registro de Empresas maltés.
- Objeto social y actividad: En el memorándum de la sociedad se detalla el objeto (actividad). Malta permite objetos muy amplios (incluso se pueden poner objetos múltiples). Pero es importante que definas correctamente a qué se dedicará tu empresa, más que nada para cumplir con posibles licencias. Algunas actividades reguladas (servicios financieros, juegos de azar online, criptomonedas) requieren licencias específicas en Malta. Si tu negocio entra en esos, tendrás que tramitar las autorizaciones pertinentes con las autoridades maltesas (MFSA, MGA, etc.). Para actividades ordinarias (consultoría, comercio, programación, marketing) no necesitas licencias especiales, solo la constitución estándar.
- Sustancia económica: Si bien no es un requisito legal para registrar la empresa, debes planificar la sustancia que tendrás en Malta. Esto significa: ¿habrá empleados allí? ¿una oficina real? ¿tú residirás allí? Como se ha mencionado, para cosechar los beneficios fiscales y no tener problemas con España, conviene que la empresa tenga vida real en Malta. Por ejemplo, puedes contratar un pequeño espacio de oficina o cowork en Malta, abrir cuenta bancaria maltesa, e incluso contratar a algún empleado local si es viable. Desde 2018 la UE presiona contra empresas puramente postales, así que dotar de cierta sustancia a tu Ltd maltesa es recomendable para asegurar su estatus fiscal privilegiado.
- Cumplimiento KYC y reputación: Los proveedores locales (asesorías, bancos) te someterán a procedimientos de debida diligencia (KYC). Esto implica que como promotor y beneficiario final de la sociedad deberás aportar copia de tu pasaporte, comprobante de domicilio, referencias bancarias y explicar el origen de fondos que capitalizarán la empresa. Aunque no es un «requisito» oficial del registro mercantil, en la práctica sin pasar el compliance de un banco o gestor no podrás operar. Por tanto, prepárate para aportar documentación personal y de tu negocio actual que evidencie que tus fondos son lícitos. Malta ha estado en vigilancia por temas de prevención de blanqueo, así que son bastante estrictos en este aspecto.
En resumen, los requisitos son: unos pocos cientos de euros de capital, un socio y director (tú mismo), un secretario (servicio local), una dirección en Malta, y cumplir con el proceso KYC. Comparado con otros países, es sencillo. No necesitas socios locales, ni gran capital, ni permisos previos (salvo actividades reguladas). Planifica tener al menos un pie real en Malta (residencia, oficina, etc.) para aprovechar al máximo el régimen.
Trámites necesarios
Una vez tienes claros los requisitos y la estructura, los pasos para crear la empresa en Malta son los siguientes:
- Elegir asesor/local agent: Si bien podrías hacer los trámites por tu cuenta, en la práctica es más eficiente contratar una firma de servicios corporativos en Malta que se encargue de todo. Ellos prepararán documentos, proporcionarán el secretario y domicilio si lo necesitas, y lidiarán con el Registro. También te guiarán en la apertura de cuenta bancaria. Hay múltiples empresas ofreciendo este servicio, muchas hablan español incluso. Asegúrate de escoger una confiable, ya que será tu enlace oficial.
- Reservar nombre (opcional): Puedes presentar una Name Reservation al Registro de Empresas (Malta Business Registry, MBR) para asegurar tu denominación por 3 meses. No es obligatorio, pero recomendable si el nombre es importante para ti comercialmente.
- Redactar estatutos (Memorandum & Articles of Association): Tu asesor te proporcionará un modelo estándar de Memorándum y Estatutos, que contendrá la información de la sociedad: nombre, objeto social, capital, accionistas, director(es), secretario, domicilio, etc. Tú deberás proporcionar los datos necesarios. Es un documento relativamente estándar; conviene revisarlo para adecuar el objeto a tu actividad y poner cláusulas particulares si las necesitas (por ejemplo, restricciones a transferir acciones si hay varios socios, etc.).
- Firma y constitución: Una vez preparados los documentos, se firman por los socios fundadores. Si estás en Malta, puedes firmar allí directamente; si no, muchas veces se puede firmar ante notario en España y apostillar los documentos, o firmar electrónicamente si el MBR lo permite (está modernizándose). El asesor presentará electrónicamente los estatutos al Registrar of Companies junto con los formularios oficiales (formulario de constitución, detalles KYC de los beneficiarios, etc.). También se deposita la parte de capital requerida (algunas asesorías permiten depositarlo en una cuenta temporal de ellos hasta que la empresa abra la suya).
- Obtención del Certificate of Incorporation: Si todo está en orden, el Registro mercantil maltés inscribirá la sociedad en pocos días hábiles y emitirá el Certificado de Constitución. En ese momento, tu empresa (digamos XYZ Ltd) ya existe legalmente. Automáticamente se le asigna un número de registro y un número de empresa (que será también su Tax Identification Number para impuestos directos). En Malta no hay un CIF como tal separado; la empresa luego puede solicitar un número de IVA aparte.
- Registro fiscal y VAT: Tras la constitución, tu empresa se considera registrada a efectos de Impuesto de Sociedades de forma automática (el número de empresa sirve y la autoridad fiscal – Commissioner for Revenue – la tiene en su base). Si la compañía va a operar localmente o en la UE, necesitarás registrarte a efectos de IVA. Esto se hace presentando un formulario de IVA indicando la actividad. El umbral de €30.000 en Malta exime de registrarse si facturarás menos y solo local, pero si vas a hacer negocios intracomunitarios es necesario tener VAT ID. El registro de IVA puede tardar algunas semanas adicionales, porque suelen verificar la sustancia de la empresa (pueden pedir un contrato de alquiler de oficina o similar como prueba de actividad real).
- Cuenta bancaria: Abrir cuenta bancaria corporativa es un paso importante. Puedes intentar con bancos malteses tradicionales (Bank of Valletta, HSBC Malta, etc.), pero muchos emprendedores optan por bancos fintech o EMI (instituciones electrónicas) como Wise, Revolut Business, N26 Business, etc., que ofrecen IBAN europeo sin tanta burocracia. Algunos bancos requieren entrevista con directores y presentación del plan de negocio. Con la ayuda de tu asesor, prepara un buen dosier (estatutos, certificado, perfiles de negocio) para agilizar. Una vez con cuenta, transfiere allí el capital social desembolsado y ya podrás usar los fondos para la actividad.
- Otros trámites iniciales: Dependiendo de tu caso, puede que necesites: dar de alta a la empresa como empleador en Seguridad Social maltesa (si vas a tener nóminas allí), obtener licencias sectoriales (por ej., para comercio de criptomonedas la MFSA licencia VFA, para juego la MGA licencia gaming), registrar marca comercial (si quieres proteger tu brand en Malta/UE), etc. Son trámites adicionales que puedes ir haciendo en paralelo una vez la sociedad existe.
En general, el proceso completo de constitución puede llevar entre 1 y 3 semanas, suponiendo que tienes todos los documentos listos y eliges bien el banco. Malta ha mejorado sus tiempos con la digitalización del MBR. El coste variará según la asesoría: las tasas oficiales de registro son bajas (unos €240 de tasa si capital hasta €1.500), pero el servicio del agente y extras (secretario anual, domicilio, etc.) pueden suponer entre €800 y €1500 el primer año. Aun así, comparado con el ahorro fiscal potencial, es una inversión pequeña.
En resumen, los trámites para crear empresa en Malta son simples y asequibles: escritura de constitución, registro online, obtención de NIF-IVA, y apertura de cuenta. Con un par de firmas y la guía adecuada, en muy poco tiempo puedes tener tu Ltd maltesa operativa lista para facturar a tus clientes.
Otros aspectos a tener en cuenta
Crear la empresa es solo el comienzo. Para asegurar que todo funcione y mantengas los beneficios fiscales, considera estos aspectos adicionales:
- Obligaciones continuas: Una sociedad maltesa debe presentar cada año un Annual Return al Registro de Empresas y pagar una pequeña cuota anual (dependiente del capital, ~€100-€300). También debe preparar y presentar cuentas anuales auditadas ante el Registro y Hacienda (el año fiscal suele coincidir con año natural salvo que cambies). Esto implicará contratar a un contable/auditor en Malta. Afortunadamente, hay muchos despachos ofreciendo paquetes de contabilidad + auditoría para pymes a precios razonables. Cumplir con estas obligaciones es crucial para no tener problemas con las autoridades maltesas ni multas.
- Declaraciones de impuestos: Tu empresa presentará su declaración de Impuesto de Sociedades anual en Malta, generalmente antes del 30 de septiembre si año fiscal = año natural. En esa declaración se calculará el impuesto (35% de beneficios ajustados) y si procede, se pagará. Luego, al distribuir dividendos, tus accionistas solicitarán el reembolso del 6/7 en un formulario específico. Es un proceso técnico donde conviene tener asesor fiscal maltés. En cuanto al IVA, si estás registrado, normalmente será trimestral (o mensual según volumen) presentar las declaraciones y pagar el IVA debido. Nuevamente, un contable se encargará de compilar las cifras.
- Relación con España: Si tú como emprendedor mantenías actividad en España, deberás gestionar la transición. Por ejemplo, si tenías una SL española que ahora quieres reemplazar con la maltesa, evalúa la forma (¿cerrar la española? ¿mantenerla para mercado local y que la maltesa sea holding?). Ten en cuenta que España tiene normas anti-elusión: la más importante, como mencionamos, es la “Administración efectiva”. Asegúrate de trasladar la toma de decisiones clave a Malta. Esto podría significar celebrar las juntas de la sociedad en Malta, tener directores residentes o que viajen allí para firmar. También, si sigues teniendo operaciones en España, podrías enfrentar la normativa de Establecimiento Permanente (si la empresa maltesa tiene presencia o agentes en España que generen negocio, España querrá gravar esa parte). Es recomendable asesorarse con un fiscalista internacional para estructurar bien la operativa y evitar cruzar las líneas rojas de Hacienda.
- Coste de vida y operación en Malta: Instalarse en Malta no es gratis, claro. Los alquileres en zonas populares (Sliema, St. Julian’s) pueden ser comparables a los de ciudades españolas medianas-altas. La vida es agradable pero la isla es pequeña, por lo que hay limitaciones (por ejemplo, si necesitas espacio industrial grande, Malta quizá no sea práctica). Todo esto es parte de la ecuación: muchos emprendedores lo ven como coste asumible dada la gran ventaja fiscal, pero es algo a meditar si tienes familia o necesidades específicas.
- Alternativas dentro del esquema maltés: Además de la clásica Ltd, Malta ofrece figuras como Trusts y Fundaciones, que en ciertos casos permiten planificación patrimonial con ventajas fiscales (por ejemplo, una fundación de interés privado maltesa puede servir para detentar activos manteniendo anonimato y baja tributación). Estas estructuras son avanzadas y solo tienen sentido para situaciones particulares, pero saber que existen te puede abrir posibilidades en el futuro.
- Soporte profesional local: Es muy recomendable contar con un asesor fiscal/contador en Malta de confianza que se encargue del cumplimiento continuo (impuestos, nóminas si las hay, libros contables). Esto te quita de encima la carga administrativa y te asegura que aprovechas bien los mecanismos (por ejemplo, presentando en tiempo la solicitud de reembolso del impuesto de sociedades para recuperar el 6/7 lo antes posible). Los honorarios profesionales en Malta son relativamente más bajos que en Europa occidental, pero vale la pena no escatimar en esto, dado que tu estrategia entera depende de hacer las cosas bien.
En definitiva, abrir la empresa en Malta es un primer paso estratégico, pero mantenerla correctamente es igual de importante. Si cumples con todo (presentaciones, substancia, etc.), Malta te recompensará con ese trato fiscal privilegiado año tras año. Por el contrario, descuidos en cumplimiento podrían hacerte perder las ventajas o incurrir en sanciones. La clave está en profesionalizar la gestión: aunque seas un solo emprendedor, tu empresa maltesa debe operar con estándares formales altos para aprovechar al máximo el sistema maltés y estar a salvo de cualquier escrutinio externo.
Alternativas atractivas a la residencia fiscal en Malta
Malta es una opción destacada, pero no la única. Dependiendo de tu situación y objetivos, podrían existir otras jurisdicciones internacionales que ofrezcan ventajas comparables o incluso superiores en ciertos aspectos.
Algunas alternativas que los emprendedores pueden barajar son: Estados Unidos, Estonia, Panamá y Dubái (Emiratos Árabes Unidos). Cada una tiene su atractivo fiscal y operativo, y conviene conocerlas para tomar una decisión informada. A continuación puedes consultar las ventajas de cada uno de estas residencias fiscales:

Soy Ismael Santos, Tu asesor fiscal internacional 4.0. Mi propósito; ayudarte, como emprendedor, a aprovechar tus fortalezas y alcanzar tus objetivos siguiendo un camino probado y eficaz. Porque, seamos sinceros, nadie quiere trabajar para Hacienda más de lo necesario, ¿verdad?